lunes, 25 de febrero de 2013

Aproximación a la pareja


Creyendo los hombres que el reiterado fallo en sus emparejamientos podía residir en unos estilos de aproximación inadecuados, fueron introduciendo nuevas variantes. Aprovechando la liberación sexual de los 70, cambiaron aquellas arriesgadas fórmulas por otras mucho más directas. He aquí un modelo-tipo de autopresentación masculina:

--Hola.

--Hola.

--¿Te apetecería que nos fuéramos a la cama?

Esta fórmula tan directa escandalizó a los bienpensantes de la época, que aconsejaron a los más lascivos, es decir, a todos, dar un "poco de conversación" antes de hacer una pregunta tan directa. Muchos tomaron en cuenta el consejo. Así que, a la siguiente ocasión en que conocían a una muchacha, el diálogo ya se desarrollaba por cauces más dialogantes:

--Hola, ¿has estado alguna vez en Nueva York? 

--Entonces, ¡vayámonos a la cama!

(otra opción era: ¿en tu apartamento o en el mío?)

La libertad sexual permitió, sin embargo, jubilar a la cigüeña, ¡ese sistema empleado para conseguir niños antes de que se inventara el sexo! Pero también trajo gran preocupación para los padres con hijas adolescentes.

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